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domingo, 4 de noviembre de 2007

Equivocaciones

- ¿Tu crees que reharé mi vida?
- ¿Tu crees que los lobos aúllan?
- Cada vez que te pregunto algo me respondes con otra pregunta. Si no fuera porque no te apellidas Freud, diría que intentas psicoanalizarme.
- A veces los amigos son mejores psicólogos que los que han estudiado para ello.
- Ya, pero, ¿tu nunca tienes problemas? Es decir, nunca recurres a un “psicoamigo”.
- Hay gente que se ayuda a si misma ayudando a los demás, es la mejor terapia del mundo.
- No digo que no pidas ayuda… es simplemente ¡que tu nunca te equivocas!
- Yo miro y aprendo ¡ya te equivocas tu por las dos!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Gente tonta

La gente es tonta. Lo tengo clarísimo. Es decir, todos tenemos ese lado tonto que nos sale en el momento más inoportuno, ese lado que si fuera la persona que tienes enfrente la que lo sacara dirías “Dios ¡¿por qué me torturas entregándome a esta cosa tan tonta?!”
Es cierto, y además de que lo sacamos en el peor momento también lo sacamos con la persona más equivocada de toda la faz de cualquier planeta, de cualquier sistema, de cualquier galaxia (es exagerado pero cierto). Y es que el lado tonto es tonto. Sí, porque si fuera un poco considerado no dejaría mal al que lo saca, o si fuera un poco listo saldría cuando hay que espantar a un amigo falso o a un tío baboso. Sin embargo en estas situaciones sale el “yo” que más le gusta a la persona de la que te quieres librar. En dos palabras: im-prezionante. No solo es tonto y desconsiderado que además es tan poco gracioso como un chiste de Lepe. Vamos, es que ni a ti te hace gracia que lo saquen, ni sacarlo, porque parece que quedas como lo que eres en ese momento, un tonto.
Luego hay personas que parece que solo sacan su lado no tonto en la intimidad o con la almohada. Es lo que yo denomino un tonto de remate. Es una especie muy arraigada en la sociedad actual, que se defiende como un trasatlántico en una autopista. No teme espantar a las víctimas de su tontura, pues eso es lo que persigue con dicha estrategia, o eso demuestra en su comportamiento. Son una especie digna de estudio, y no la curación de enfermedades con células madre. Algún día los miembros de esta marginada especie nos enseñaran una gran lección, el valor de estar callados en el momento oportuno (lección que yo también tengo que aprender, por la cuenta que me trae).
Yo se que muchas veces lo he dicho y que me repito más que la comida mexicana, pero, lo tengo que volver a decir, ¡las acciones del ser humano son incomprensibles! Si sabes que en ese momento es mejor no decir nada, ¿para que hablas? Que ¿te gusta quedar como un idiota? O que pasa ¿Qué eres más feliz metiendo la pata que quedando bien? Esta clase de preguntas me las hago yo muchas veces al día, por ejemplo (haber, chicos, examen sorpresa) si sabes que si no apruebas te castigan ¿por qué no estudias? Así luego la lógica en clase nos cuesta tanto. Y luego los profesores se extrañan…