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domingo, 31 de enero de 2010

torrencial.

Te sientes arrastrada, desbordada, tirante, tensa, nerviosa, aturdida, alerta. Sientes dos fuerzas que tiran de ti en direcciones contrarias. Te gustaría responder a las dos a la vez pero te sientes inmóvil, en medio de dos huracanes que quieren tragarte y hacerte formar parte de ellos. Quieres impedir que te engullan pero no puedes luchar contra uno sin ayudar al otro. Si te quedas quieta es más doloroso, si te agitas más lento. Es como si te ataran una cuerda a cada mano y echaran a correr. Piensas que te rompes, que te resquebrajas y no puedes evitarlo, imaginas tu cuerpo partido en dos y gritas de impotencia, te vuelves arisco, borde, casi intragable. Es la peor de las torturas. Solo piensas "sálvame", pero olvidas que lo interesante de la vida son estos pequeños momentos de tensión. Y me encantan.