Llevo tantas "nuevas" etapas en mi vida que ya ni las sé. Simplemente he dejado de contarlas una vez me he dado cuenta de que no sirven para nada. Es decir, no me sirve de nada decir que empiezo una nueva vida si no es realmente así, si solo lo digo pero no actúo.
Los acontecimientos son los que te hacen cambiar tu vida, no una intención vana o una locura pasajera. Poco a poco llega la ruptura con tu rutina, y si no llega, no la necesitas.
Simplemente sientes cuando es necesario. Cuando tienes ganas de pegarle una bofetada a cada una de las personas que te rodean, cuando te das cuenta que no es normal preocuparse por que o con quien vas a cenar, si te das cuenta de que una mentira ha perdido su significado y a pasado a ser la falsedad de cada día. Si te ves que aquella persona que te parecía tan valiente ahora solo te parece brabucona y que busca llamar la atención y te descubras echándote la culpa de algo que escapa a tu control.
Si día a día vas dejando por el camino los malos momentos como si fueran trastos que acumulas junto a los buenos recuerdos nunca sentirás que debes cambiar de vida. Simplemente avanzarás sin darte cuenta, todo estará bien, todo evolucionará como toca.
El momento difícil llega cuando no sólo son trastos o pensamientos, sino también personas. Y cuando llega ese momento, hazlo, no pienses.
martes, 12 de abril de 2011
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