Los golpes llegan uno tras otro. Es una verdadera pena. Me gustaría que me los dieran todos a la vez y así acabáramos antes. Pero no, el golpeador ha decidido que para él es más cómodo ir poco a poco, y para mi, más doloroso, pero eso le da igual. No le llega con hacer daño, tiene que hacerlo de verdad, y verlo, disfrutarlo.
Lo peor es que no es algo contra lo que te puedas revelar, decir ya, basta. No. Es algo que sin más te toca aguantar. Eso es lo que yo llamo un "espabila para otra vez". Un simplemente "te lo dije". Pero es lo que toca, aprender. Aprender a caer, aprender a tropezar, aprender a no fallar.
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