jueves, 10 de junio de 2010
Thinking of you.
Las comparaciones salen solas unas vez que has probado la perfección. Cuando aún te queda ahí el regusto de lo que hoy has perdido y un día tuviste. Sin embargo, día a día, esa sensación se agota, se desvanece entre tus manos hasta que ya sólo te queda un recuerdo de lo que un día fue tu centro universal. Instante a instante vas perdendo el contacto con esa realidad, la cual tus pupilas buscan y no encuentran en cada despertar. Así que luego ¿qué te queda? Te queda mirar hacia delante, encarar cada mañana con una sonrisa y mirar al infinito a los ojos. Una vez hechas las comparaciones, te das cuenta de que eso que creías tan perfecto es mejorable, y que gracias a la vida no es dificil de conseguir. Te esfuerzas, luchas, te obcecas y lo consigues... y lo comparas de nuevo. Y tan dentro de tus comparaciones te encuentras que lo vuelves a perder. Y empiezas de nuevo: hundimiento, desesperación, recapacitar, comparar, asimilar y resurgir. Al final todo es un circulo, y las lineas curvas nunca fueron difíciles de seguir. Y lo único optimista de todo esto, es que surgió de una comparación.
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