Algunos creen que la culpa del mal humor femenino reside siempre en las hormonas. El problema es que te levantas un día y te das cuenta de que la gente es falsa, rastrera, que pones la cara por ellos y te devuelven un bofetón. Así, ¿como no voy a estar de mal humor?
Parte de la culpa es mía, que esta bien ser buena, pero la cosa torna de color cuando te conviertes en la rubia tonta, y teniendo en cuenta lo moreno que tengo el cabello, la situación ya me escama. Si, ya me he hartado. Así que si alguien quiere ganarme, que se ponga a ello, y si no quiere, él se lo pierde, porque ni sueñes que yo voy a buscarte a ti. Lo siento pero mis nuevos principios me lo impiden, es más, ni me lo planteo. Así que ponte las pilas porque más claro no te lo van a decir: anota, calla y observa, poco a poco ve marcando tus normas y empieza a elegir cuidadosamente en que círculos te mueves igual que eliges la ropa: calidad frente a cantidad, comodidad frente a popularidad. ¿El precio? Poco importa si te van a valer para más temporadas.
domingo, 25 de abril de 2010
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