Borrosa y permisiva. Así es la vida. Hoy estás aquí y mañana estás allí, y de pronto ves como has avanzado dentro de tu propio ciclo vital. Unos se dan cuenta de lo falsos que han llegado a a ser, otros lo vendidos, otros lo aprovechados. Yo sin embargo, a mis recién asimilados dieciocho, me ha encantado ver en lo que me he convertido: soy picona, quejica, criticona, chismosa, cotilla, egocéntrica, envidiosa, orgullosa, cotorra, olvidadiza, irritante, cansina, gritona, cobarde, fanfarrona y asidua al "déjame a mi que tu no sabes". Incluso a veces soy algo cínica.
Soy tan estrambótica, que puedo decir en la misma frase "tiene una personalidad muy ecléctica" y "es que tienes unos huevos asín de grandes". Me veo tan asombrosamente genial que he inventado un diccionario, me otorgo el deber de opinar sobre los demás y huelo tan maravillosamente bien que a veces me permito el lujo de no ducharme. ¿Siendo sinceros? Estoy encantada de haberme conocido. Y por eso me pregunto ¿a quién le apetece conocerte a ti?. Puede que hasta tu te detestes, porque en caso contrario te mostrarías como eres, y no como una mezcla de lo mas detestable, porque ¿que eres tu en el mundo? ¿quién eres tu?. Mira si soy rara que hasta a veces me das pena.
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