el dolor de una mirada

Hay miradas que duelen, al igual que hay sensaciones que matan, o fotografías que te enamoran. Esta prosopopeya tan común, no es sino la forma que adquiere el alma de otra persona para rechazarte. Te fija en su punto de inflexión, te observa desmesuradamente, te obligar a atraer tus pupilas a sus iris inexistentes y te torura con saña. Te quema por dentro, te arde la piel y sientes millones de manifestaciones distintas a lo largo de todo tu cuerpo en solo unas décimas. El cerebro reacciona con sorpresa, los musculos se tensan, los orificios nasales se ensanchan, la presión aumenta de manera ilimitada, tus poros empiezan a supurar y tus pulmones se abren y cierran cada vez más acompasadamente para calmar el corazón desvocado dentro del pecho.
Al volver el cuerpo a su estado natural, es el cerebro el que reacciona. Algunas personas responden con una mirada igual de dolorosa, otras no. Las personas, o los ojos, que no lo hacen pueden tener distintas reacciones. Unas se encojen en si mismas, otras olvidan lo pasado y les restan importancia. Algunas se guardan el sentimiento y se preparan para atacar en una próxmiama batalla, y son todas esas distintas reacciones las que construyen en pocos segundos la personalidad, por la que los demás de van a guiar, de cada persona.